“Los hijos de padres tóxicos tienden a relacionar el amor con sufrimiento, a caer en relaciones de dependencia, a vivir con culpa y hasta repetir los patrones destructivos que sufrieron en su niñez.” (Susan Forward).
Por Jaime Ancajima. 28 febrero, 2018.La terapeuta, conferencista y escritora norteamericana autora del libro Toxic Parents, nos hace reflexionar sobre la existencia de los padres crueles, manipuladores, dependientes que pueden generar estragos en nuestra autoestima.
Menciona que la herencia de una infancia tóxica es fácil de reconocer pero difícil de interiorizar y superar. Nuestros padres nos dejan semillas emocionales: pueden ser de respeto, amor e independencia o de miedo, culpa y autocastigo.
Nuestro legado es nocivo si nos identificamos con el segundo grupo; por eso, debemos cambiar los pensamientos dañinos que nos marcaron, dejar ir las emociones negativas que rigen nuestra vida y reconocer que, mientras estemos presos de las enredaderas de nuestra infancia, viviremos un ciclo autodestructivo.
Forward agrega, que todos los padres emocionalmente sanos se equivocan, pero el problema está cuando lo hacen intencionalmente y de modo repetitivo. Es normal que pierdan el control por momentos o tengan ciertas conductas abusivas con los hijos; pero, lo que los convierte en tóxicos es el patrón de daño constante.
Agrega que los hijos de padres tóxicos tienden a relacionar el amor con sufrimiento, a caer en relaciones de dependencia, a vivir con culpa y hasta repetir los patrones destructivos sufridos en su niñez.
La especialista recomienda olvidar el mito de que todos los padres aman a sus hijos incondicionalmente, pues hay quienes no saben amar, ni a sí mismo, ni brindar un vínculo saludable a sus hijos. Aquí comienzan los problemas: cuando una relación que se supone que debe ser de protección y amor se convierte en una pesadilla.
No somos culpables de lo que vivimos en nuestra infancia pero sí somos responsables de nuestra adultez. Para tener una vida plena, debemos romper los patrones perjudiciales que vivimos para construir una familia sana.